Toda la Escritura está inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente capacitado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17
DEI VERBUM Nro. 21. Constitución Dogmática del C.V. II (Nov. 1965).
“Es necesario, por consiguiente, que toda la predicación eclesiástica, como la misma religión cristiana, se nutra de la Sagrada Escritura, y se rija por ella. Porque en los sagrados libros el Padre que está en los cielos se dirige con amor a sus hijos y habla con ellos; y es tanta la eficacia que radica en la palabra de Dios, que es, en verdad, apoyo y vigor de la Iglesia, y fortaleza de la fe para sus hijos, alimento del alma, fuente pura y perenne de la vida espiritual”.
- Es decir, la pastoral misma como todo el quehacer evangelizador de la Iglesia están animados por la Sagrada Escritura, su centro y motor fundamental es la Palabra de Dios. Se requiere que la Sagrada Escritura sea el alma de la pastoral, su corazón, su fuente, la que le da vida. De la Palabra de Dios se nutre la Iglesia para alimentar la fe de sus hijos e hijas, en su quehacer pastoral, el cual se manifiesta en sus diversas acciones evangelizadoras como la liturgia, la catequesis y la caridad; en la oración personal, en la vida de las familias y de las comunidades cristianas, como ámbitos o áreas pastorales. La animación bíblica de la pastoral, tiene que ver con la vida de la Iglesia y se hace específica por su referencia a la Sagrada Escritura. Es una pastoral alimentada y sostenida por la Biblia. No pensamos aquí en un movimiento, una organización de las tantas que ya tenemos en la Iglesia, pues la estaríamos considerando como cosa exclusiva y patrimonio de unos pocos, en contra de lo que enseña el Concilio Vaticano II.
- Documento de Aparecida Nro. 248 V conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Aparecida, Brasil, mayo 2007
“Por esto la importancia de una “pastoral bíblica”, entendida como animación bíblica de la pastoral, que sea escuela de interpretación o conocimiento de la Palabra, de comunión con Jesús u oración con la Palabra, y de evangelización inculturada o de proclamación de la Palabra. Esto exige por parte de obispos, presbíteros, diáconos y ministros laicos de la Palabra un acercamiento a la Sagrada Escritura que no sea sólo intelectual e instrumental, sino con un corazón “hambriento de oír la Palabra del Señor” (Am 8, 11).
- Verbum Domini Nro. 73: Exhortación Apostólica post-sinodal (Papa. Benedicto. XVI Sep. 2010)
“El Sínodo ha invitado a un particular esfuerzo pastoral para resaltar el puesto central de la Palabra de Dios en la vida eclesial, recomendando «incrementar la “pastoral bíblica”, no en yuxtaposición con otras formas de pastoral, sino como animación bíblica de toda la pastoral».No se trata, pues, de añadir algún encuentro en la parroquia o la diócesis, sino de lograr que las actividades habituales de las comunidades cristianas, las parroquias, las asociaciones y los movimientos, se interesen realmente por el encuentro personal con Cristo que se comunica en su Palabra. Así, puesto que «la ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo»,la animación bíblica de toda la pastoral ordinaria y extraordinaria llevará a un mayor conocimiento de la persona de Cristo, revelador del Padre y plenitud de la revelación divina.
Por tanto, exhorto a los pastores y fieles a tener en cuenta la importancia de esta animación: será también el mejor modo para afrontar algunos problemas pastorales puestos de relieve durante la Asamblea sinodal, y vinculados, por ejemplo, a la proliferación de sectas que difunden una lectura distorsionada e instrumental de la Sagrada Escritura. Allí donde no se forma a los fieles en un conocimiento de la Biblia según la fe de la Iglesia, en el marco de su Tradición viva, se deja de hecho un vacío pastoral, en el que realidades como las sectas pueden encontrar terreno donde echar raíces. Por eso, es también necesario dotar de una preparación adecuada a los sacerdotes y laicos para que puedan instruir al Pueblo de Dios en el conocimiento auténtico de las Escrituras.
Además, como se ha subrayado durante los trabajos sinodales, conviene que en la actividad pastoral se favorezca también la difusión de pequeñas comunidades, «formadas por familias o radicadas en las parroquias o vinculadas a diversos movimientos eclesiales y nuevas comunidades», en las cuales se promueva la formación, la oración y el conocimiento de la Biblia según la fe de la Iglesia.
Animación bíblica de la pastoral
- Que todos los grupos y parroquiales y movimientos tengan contacto con la Palabra de Dios, independiente del carisma que cada uno tenga.
- Enseñar a interpretar los textos sagrados ayudando a descubrir sus sentidos genuinos
- Presentar la Sagrada Escritura como mediación para el encuentro con Jesucristo vivo y fuente de humanización.
- Promover una adecuada proclamación de la Palabra en la liturgia y una adecuada formación bíblica para animadores litúrgicos.
- Facilitar toda una escuela de interpretación bíblica, para descubrir lo que Dios nos revela mediante el lenguaje que nos presenta la Escritura, de aquel tiempo y cultura.
- La Animación bíblica debe estar a la base del quehacer pastoral, debe ser el alma de toda actividad pastoral.
- Promover y ser maestros de la Lectio Divina
- Formación de equipos de animación bíblica
- Que nosotros sacerdotes y ministros de la Palabra ofrezcamos homilías bien preparadas, basadas en la Palabra Proclamada y que iluminen la realidad del pueblo